El Asma, es una enfermedad
crónica pulmonar inflamatoria que provoca en las vías respiratorias un
estrechamiento compacto y es una de las enfermedades más preocupantes tanto por
su frecuencia como por su gravedad. El
asma puede comenzar en la infancia la cual al pasar los años puede ser curada, se estima que en
menores de seis años el porcentaje de morbilidad va del 9% al 10% y la
mortalidad del 1% al 2% por cada mil; sin embargo El Asma en la gran mayoría de personas está presente con ellas toda
su vida.
El Asma, se clasifica por su
grado de gravedad, pudiendo ser leve, moderada o grave. Puede presentarse de
manera alterna ya que suelen haber períodos asintomáticos así como períodos
graves. Se manifiesta por presentar tos fuerte, secreciones bronquiales, dolor
torácico, dificultad al respirar y en algunos casos fiebres. Además El Asma puede presentar otros síntomas
como cefalea, malestar general, vómitos, angustia, agitación, irritabilidad y
pérdida de peso.
El Asma, tiene un grado mayor de
gravedad crónica e incluso puede llevar a la persona a la muerte cuando se
presentan los siguientes síntomas: frialdad de la piel, cianosis que es cuando
la piel puede reflejar un color azulado, sudoración excesiva y asfixia.
El Asma, puede presentarse por
antecedentes personales o familiares de bronquitis. Por hiperventilación
durante ejercicios físicos o tensiones emocionales. Por alergia ante el polvo,
pelusa, polen, etc. Por la contaminación ambiental debido al smog generado por
el propio ser humano por ejemplo las industrias liberan sus gases, los
automóviles y no dejando atrás a los hogares que también realizan sus procesos
de combustión como el humo del cigarrillo, la aplicación de aerosoles, etc.
Durante la
crisis de Asma, es importante hacer
uso de vaporizaciones. Evitar todo aquello que pueda provocar disgustos,
violencia, angustia, e incluso estrés. Eliminar de la alimentación los hidratos
de carbono refinados y los lácteos ya que estos estimulan la mucosidad. Ingerir
abundantes líquidos ya que esto contribuye a la disminución de la flema en los
pulmones y a una respiración sin obstrucciones. Ante la lluvia protegerse pero
sobre todo no exponerse a ella. No exponerse a cambios bruscos de temperatura o
humedad. La respiración abdominal es importante ya que ayuda a mejorar el
movimiento del diafragma. Realizar fisioterapia pulmonar contribuye a facilitar
la expectoración.
Remedios Caseros con Plantas Naturales para el Tratamiento
del Asma:
Tratamiento con Limón Agrio:
para prepararlo exprimir el jugo de tres limones por taza de agua caliente; su
dosis es administrar una taza tres veces al día; la duración del tratamiento es
mientras duren los síntomas.
Tratamiento con Eucalipto 1:
para prepararlo agregar una cucharada de hoja seca picada en una taza de agua
hirviendo dejándolo tapado y reposando por quince minutos para luego colarlo y
tomarlo caliente; su dosis es administrar una taza tres veces al día; la
duración del tratamiento es mientras duren los síntomas.
Tratamiento con Eucalipto 2:
para prepararlo agregar cuatro cucharadas de hoja ya sea sola o acompañada de
otras plantas en dos tazas de agua hirviendo; su dosis se aplica inclinando al
enfermo hacia el recipiente donde está la preparación para que este inhale el
vapor, lo cual se recomienda que sea por la noche para que no salga de la
habitación y se duerma; la duración del tratamiento es mientras duren los
síntomas.
Tratamiento con Naranjo Agrio:
para prepararlo agregar una cucharada de hoja fresca por taza de agua hirviendo;
su dosis es administrar una taza tres veces al día; la duración del tratamiento
es mientras duren los síntomas.
Tratamiento con Coco 1: para
prepararlo extraer aceite del fruto; su dosis es tomar una o dos cucharadas
cada doce horas; la duración del tratamiento es mientras duren los síntomas.
Tratamiento con Coco 2: para
prepararlo en un coco maduro abrir un orificio e introducir dulce rallado, taparlo
con una bolsa plástica y enterrarlo de catorce a veinte días para después sacar
el jarabe formado; su dosis a niños menores de seis años tomar una cucharadita
dos veces al día, en los adultos tomar una cucharada tres veces al día; la
duración del tratamiento es mientras duren los síntomas.
Tratamiento con Orégano: para
prepararlo agregar dos cucharadas de la hoja fresca picada por taza de agua
hirviendo; su dosis es tomar una taza tres veces al día; la duración del
tratamiento es mientras duren los síntomas.
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